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Laura
Maislán

Jorge Anegón, Madrid, Noviembre 2025.

Laura Maislán forma parte del alma de Oliva Iluminación, una firma con más de ocho décadas transformando espacios a través de la luz. Para ella, la iluminación no es un accesorio decorativo, sino una pieza esencial de la vida cotidiana: condiciona cómo nos sentimos, cómo trabajamos, cómo descansamos y cómo recordamos un lugar.

Su visión se apoya en tres pilares: conocimiento técnico, sensibilidad estética y acompañamiento cercano al cliente. Junto al equipo de Oliva Iluminación, Laura impulsa proyectos donde cada detalle importa —temperatura de color, dirección de la luz, eficiencia, impacto visual y confort— para que cada espacio cuente una historia propia y coherente con la identidad de quien lo habita.

“La luz es la piel invisible de un espacio: no se ve, pero se siente.”

Jorge:  ¿Cómo definirías hoy la esencia de la marca?

Laura Maislan: Oliva Iluminación es mucho más que una empresa de lámparas; somos un equipo que entiende la luz como parte esencial de la vida. Desde nuestros inicios, hemos tenido una misión clara: transformar los espacios a través de la iluminación, cuidando tanto la parte estética como la emocional.
La luz tiene el poder de cambiar cómo nos sentimos, cómo nos concentramos o cómo percibimos el entorno. Por eso, cada proyecto que realizamos —ya sea una vivienda, una oficina o un restaurante— busca algo más que iluminar: busca emocionar.

Jorge: ¿Qué diferencia a Oliva Iluminación dentro del sector del diseño lumínico?

Laura Maisla: Nuestra diferencia está en la combinación de tres factores: conocimiento técnico, sensibilidad estética y asesoramiento personalizado. Trabajamos con las marcas más prestigiosas a nivel internacional y con diseñadores que entienden la luz como una disciplina artística. Pero, además, contamos con un equipo técnico que analiza cada detalle —temperatura de color, dirección, eficiencia energética, impacto visual— para que el resultado sea perfecto.
Y sobre todo, escuchamos. Escuchar al cliente es lo que nos permite crear espacios que reflejan su identidad, no solo un catálogo bonito.

“Invertir en buena iluminación es invertir

en salud y bienestar.”

Jorge: En los últimos años, se habla mucho del diseño lumínico como parte de la salud y el bienestar. ¿Qué papel juega la luz en la vida cotidiana?

Laura Maisla: Un papel fundamental. La luz regula nuestros ritmos biológicos, influye en nuestro estado de ánimo y en nuestra capacidad de concentración.

Un mal diseño lumínico puede cansar, alterar el sueño o incluso generar estrés visual. En cambio, una iluminación bien planificada mejora el confort, estimula la creatividad y aporta equilibrio.

Por eso trabajamos bajo principios de neuroiluminación, donde la luz se adapta al ser humano y no al revés. Cada vez más empresas y hogares están entendiendo que invertir en buena luz es invertir en salud.

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Jorge: ¿Cómo cambia la percepción de un negocio cuando se trabaja correctamente la iluminación?

Laura Maisla:
Cambia completamente. La luz es la herramienta más poderosa para definir una identidad de marca. Puede hacer que un espacio parezca cálido o exclusivo, dinámico o relajante.
En retail, por ejemplo, la iluminación guía al cliente, resalta productos y genera experiencias memorables. En hostelería, crea atmósferas que invitan a quedarse. Y en oficinas, puede aumentar la productividad hasta un 20 %.
La luz no es un gasto, es una inversión estratégica que influye directamente en la percepción del valor de una marca.

Jorge: ¿Qué importancia tiene el asesoramiento profesional en este tipo de proyectos?

Laura Maisla: Total. La mayoría de las veces, las personas no son conscientes de todo lo que hay detrás de una buena luz.
En Oliva Iluminación acompañamos desde la idea inicial hasta la instalación final, ofreciendo estudios lumínicos personalizados, simulaciones y coordinación con arquitectos e interioristas.
Nuestro objetivo es que el cliente no tenga que preocuparse de nada, solo disfrutar del resultado.

Jorge: La innovación es otro pilar de Oliva. ¿Cómo afrontáis el futuro del diseño lumínico?

Laura Maisla: Con curiosidad, tecnología y respeto por la belleza. La sostenibilidad y la eficiencia energética son claves, pero sin perder el alma del diseño.
Estamos explorando soluciones inteligentes que permiten adaptar la luz a cada momento del día, integrando sistemas domóticos y sensores que optimizan el consumo y el confort.
El futuro pasa por una luz más humana, más sostenible y más emocional.

 

Jorge: Para terminar, ¿qué mensaje te gustaría transmitir a quienes aún no han descubierto el poder transformador de la luz?

Laura Maisla: Les diría que la luz es la piel invisible de un espacio. No se ve, pero se siente. Y cuando está bien hecha, cambia la forma en la que vivimos.


En Oliva Iluminación llevamos más de 80 años iluminando hogares, empresas y sueños, y seguimos haciéndolo con la misma pasión.

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